La tiña es una infección fúngica común que puede afectar a los gatos, así como a otros animales y seres humanos. Aunque es una enfermedad tratable, la tiña puede ser contagiosa y causar molestias tanto para los gatos como para sus dueños. Es importante comprender los síntomas, el tratamiento y las medidas preventivas de la tiña para garantizar la salud y el bienestar de nuestras mascotas felinas. Desde Basic Farm compartiremos esos datos relevantes que debes saber si tienes un felino en casa. Artículo relacionado aquí

La tiña en gatos, también conocida como dermatofitosis, es una infección fúngica de la piel y el pelaje causada por varios hongos dermatofitos, incluidos Microsporum canis, Microsporum gypseum y Trichophyton mentagrophytes, que pueden infectar la capa superficial de la piel, los folículos pilosos y las uñas de un gato, provocando síntomas característicos como lesiones circulares sin pelo, descamación y picazón. Usualmente las zonas que primero evidencian estos signos son las orejas, la cabeza y las extremidades, esto sucederá dentro de las cuatro semanas siguientes al contagio. Aunque los síntomas de la tiña en gatos pueden variar, los más comunes incluyen:

Pérdida de pelo: Las lesiones circulares sin pelo, también conocidas como áreas de alopecia, son uno de los síntomas más característicos de la tiña en gatos. Estas áreas pueden estar rojas, inflamadas o escamosas.

Descamación: La piel afectada puede parecer escamosa o tener costras.

Mordisqueo, picazón y lamido constante: Los gatos infectados pueden mostrar signos de picazón o molestias en las áreas afectadas.

Cambios en las uñas: En casos graves de tiña, las uñas de un gato pueden volverse quebradizas o descoloridas.

Mal olor: La piel del gato puede llegar a desprender un olor poco agradable.

Contagio humano: Es importante tener en cuenta que la tiña en gatos puede transmitirse a los seres humanos, causando lesiones circulares en la piel que a menudo se denominan ‘círculos de tiña’. En muy pocas ocasiones ocurre que el gato, a pesar de tener tiña, no produce ningún síntoma o sus lesiones cesan por sí solas, en estos casos el animal podría ser un portador asintomático. Artículo relacionado aquí

Es importante que, ante sospechas de tiña en tu gato, consultes a un veterinario para un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado. Este diagnóstico generalmente implica un examen físico, una evaluación de los síntomas y pruebas adicionales, como cultivos fúngicos y exámenes de pelaje. Tras un resultado positivo, los tratamientos son variados:

Tratamiento tópico: Baños o champús medicados, cremas antifúngicas y soluciones tópicas pueden ayudar a eliminar las infecciones por tiña en la piel y el pelaje de un gato.

Tratamiento oral: En casos más graves de tiña, se pueden recetar medicamentos antifúngicos orales para ayudar a combatir la infección desde el interior.

Ambiente limpio: Es importante desinfectar el entorno del gato para prevenir la propagación de la tiña. Lo ideal es lavar la ropa de cama, aspirar las alfombras y desinfectar los muebles.

Aislamiento: Si tienes varios gatos en casa y uno ha sido diagnosticado con tiña, considera aislarlo temporalmente para evitar la propagación de la infección a otros animales.

Si bien la tiña puede ser difícil de prevenir por completo, hay algunas medidas que puedes tomar para reducir el riesgo de infección en tu gato como mantenerlo limpio y saludable, con una dieta equilibrada y cuidados regulares, evitar el contacto con gatos callejeros o salvajes que puedan ser portadores de la tiña, limpiar y desinfectar regularmente el entorno del gato, incluyendo su cama, juguetes y área de descanso.

La tiña en gatos es una infección común que puede causar molestias y preocupaciones tanto para los gatos como para sus dueños. Con una atención veterinaria adecuada junto con medidas preventivas, puedes ayudar a evitar, diagnosticar o tratar a tiempo, garantizando su salud y bienestar a largo plazo.

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