Parte fundamental del bienestar de nuestras mascotas, además de la buena alimentación y el ejercicio diario, es la higiene, ya que las actividades cotidianas hacen que su cuerpo acumule suciedad, algo que sin los cuidados necesarios puede tener un impacto negativo en su salud. 

Muchos hogares consideran que tan solo un baño mensual basta para mantener una buena higiene en los animales y no es así, se trata de una serie de hábitos que combinados son claves para la salud y calidad de vida de la mascota, en especial teniendo en cuenta que desde Basic Farm siempre nos enfocamos en la prevención.

Inicialmente, es importante fijar la atención en sus artículos de uso diario como su cama y juguetes; esto incluye sillones, alfombras, ropa y cobijas, que deben tener una limpieza y lavado de forma convencional, es decir, con agua y jabón, aunque también existen productos de limpieza especializados en la eliminación de bacterias para este tipo de objetos.  

En esta parte de la limpieza es importante separar los elementos que tienen contacto directo con los alimentos de las mascotas como lo son: tazones de agua y comida, que deben ser lavados por separado, revisando que los jabones o limpiadores utilizados no contengan ingredientes tóxicos. 

En cuanto a la mascota, su higiene incluye el cepillado de pelo y de dientes; la limpieza de oídos y ojos; el corte de uñas y pelo; la desparasitación, entre otros. Artículo relacionado aquí

 Aunque algunos de estos hábitos, como el cepillado de pelo, se pueden realizar en casa de forma periódica, es importante consultar con un médico veterinario la periodicidad y la forma adecuada para realizar cada uno y así tener en cuenta la raza, tamaño y condiciones médicas del animal. 

Por otro lado, están los cuidados que deben tener los humanos que comparten el mismo espacio con la mascota, así que no podemos olvidar acciones como: lavarnos las manos en cuanto terminamos de jugar o consentir al animal, no alimentarlo cerca de la mesa del comedor, el mesón de la cocina o mientras preparamos alimentos, no dormir en la misma cama y no besar al animal sobre todo cerca de la nariz y la boca. De esta forma, también se evita que sus tutores sean propensos a algunas enfermedades respiratorias y bacterianas. 

En términos generales, la higiene y los consejos compartidos anteriormente deben ir acompañados de un buen control de las vacunas y de otros procedimientos preventivos como los controles generales anuales y la toma de pruebas de laboratorio según corresponda.