La enfermedad de Gumboro, también conocida como enfermedad de la Bolsa de Fabricio, es una patología infecto contagiosa que afecta el aparato inmunológico de aves jóvenes, especialmente entre dos y seis semanas de vida. El causante es un virus de la familia Birnaviridae, género Avibirnavirus, cuyo objetivo principal es colonizar y destruir los linfocitos B inmaduros presentes en la Bolsa de Fabricio, lo que resulta en inmunodepresión; las tasas de mortalidad ocasionadas por el virus clásico de alta virulencia van del 40 a 75%, siendo la consecuencia principal de la destrucción de linfocitos B, una inmunodepresión leve o severa del sistema inmune, dependiendo de la edad de presentación. La Bolsa de Fabricio es un órgano linfoide primario en las aves, tiene forma de saco y está situado próximo a la cloaca, por ello las especies más susceptibles a esta enfermedad son aves jóvenes (pollonas de levante, pollos de engorde, y pavos).
Esta enfermedad tiene presencia a nivel mundial y debido a su tasa de mortalidad genera grandes pérdidas económicas en el sector avícola. Te compartiremos a continuación la forma de transmisión, alternativas de prevención y posibles tratamientos:
Este virus es muy resistente en el medio ambiente y se transmite de varias formas; contacto directo con aves infectadas o fomites contaminados, por ejemplo, se puede dar por vía oral-fecal cuando las aves ingieren heces o material contaminado, además de actores que ayudan a su diseminación como insectos o el hombre.
Los síntomas que se presentan pueden variar según la cepa, raza, edad y estado de los animales, algunos de los más comunes son: depresión, anorexia, diarrea blanca acuosa, cloaca sucia, plumas erizadas, tremores y deshidratación.
Es importante resaltar que cuando el virus entra en una granja donde los animales nunca han estado expuestos a esta enfermedad (exposición natural o vacunación), la mortalidad puede llegar al 90%, a diferencia de aquellas en las que el virus se establece por vacunación, allí la mortalidad oscila entre el 20 y 40% en caso de que la presencia del virus sea de virus clásico de alta virulencia. Y, finalmente, en los casos donde las aves logran recuperarse, pasan de cinco a siete días para hacerse inmunes. Prevenir la llegada de esta enfermedad a nuestras granjas depende de dos factores; vacunación y bioseguridad. Tambien le puede interesar
Vacunación
Existen dos tipos de vacunas que se pueden utilizar para estos casos, vivas e inactivadas:
- La de cepas vivas atenuadas del virus clásico de la Enfermedad de Gumboro, las cuales pueden estar formuladas con el virus clásico de variedades leves, intermedias, y de alta virulencia.
- La vacuna inactivada usualmente formulada como emulsión con adyuvante, y con presentación de cepas clásicas y cepas variantes.
Bioseguridad
Todo proceso de bioseguridad disminuye el riesgo bacteriano y viral con normas básicas como el uso separado de calzado, overoles, y elementos con los que se ingresa a la granja. Además de prácticas habituales como:
- Limpieza en seco: remover y eliminar toda la materia orgánica de la granja.
- Limpieza húmeda: Usar agua a presión alta para retirar la materia orgánica junto con detergentes especializados para esta labor.
- Desinfección: la aplicación de un desinfectante apropiado reduce el número de partículas virales.
- Vacío sanitario: período de tiempo en el que el lugar que acoge a los animales permanezca vacío, se recomienda un mínimo de diez días entre lotes.
¿Cómo controlar una plaga de roedores en mi granja?
Desde Basic Farm invitamos a Enrique Fernández y Clara Rodriguez de nuestra empresa aliada Bioplagen (España), para conversar sobre un tema de vital importancia en nuestro sector: las plagas.
¿Qué es una plaga?
Una plaga se presenta cuando tenemos una aparición masiva y desmedida de algún tipo de insecto o pequeño mamífero y que, al crecer de forma desmesurada, puede provocarnos daños; tanto a nivel material como de salud pública. Su característica principal es su amplia capacidad de reproducción.
¿Cuáles son las plagas más peligrosas para la producción avícola?
En estos casos siempre vamos a pensar en dos bloques de plagas que son: los insectos (voladores y rastreros) y los pequeños mamíferos (ratas y ratones), estos últimos son la mayor plaga que existe para este tipo de producción.
¿Qué consecuencias trae no ejercer un control sobre las plagas?
Muchísimas, no solo por temas de salud pública donde los roedores pueden ser unos grandes diseminadores de enfermedades tanto en animales como en humanos, también a nivel estructural en cuanto a los daños que pueden provocar en las instalaciones, es decir, afectar la integridad del edificio se estima que más de 10% a 15% de todos los problemas eléctricos que hay en una granja se deben a las mordeduras de roedores en los cables.
Es muy importante hacer revisiones periódicas en todos los espacios porque, por ejemplo, si los roedores llegan hasta los alimentos y agua de los animales de granja, esto conlleva a la contaminación de esta, producto del contacto con sus heces, orina, pelos, la grasa del pelaje de la plaga, etc.
Al final se trata de animales que entran y salen de las instalaciones sin ningún tipo de control, entonces nos va a dificultar conseguir un buen estatus sanitario dentro de nuestra instalación y todo esto va a repercutir económicamente.
¿Los roedores atacan a los animales de la granja?
Un ataque de forma directa no es una situación tan común porque el roedor es un animal omnívoro, así que su tendencia será la alimentación con granos. Sin embargo, en algunos casos se pueden presentar mordidas o arañazos producto del estrés o por defenderse, pero en definitiva no es un animal que va a ir de frente hacia la gallina o hacia el pollo.
¿Cómo se presenta el contagio de enfermedades a través de plagas?
Existen varias formas para transmitir enfermedades a través de plagas; mediante contacto indirecto con alimentos o elementos contaminados, a través de contacto directo a causa de la mordedura o arañazo y por ingestión, por ejemplo, en una granja avícola se podría dar el caso que una gallina ingiriese a un ratón, aunque esta situación no es tan común.
Los mecanismos de contagio pueden ser muy variados según el tipo de enfermedad y la interacción que se tenga, por eso recomendamos como la mejor herramienta de prevención: la bioseguridad, desde acciones individuales como la desinfección de manos y de todos los objetos que estén en contacto con los animales hasta los protocolos propios de la granja. Artículo relacionado aquí
¿Cómo detectar que tenemos roedores o en nuestra granja?
Los signos para detectar la plaga son muy variados, podríamos enumerar una muy larga lista, pero los más comunes son: ver restos de heces u orina, mordeduras en los sacos de comida o en los cables, marcas de grasa, olores fuertes, sonidos en tuberías o espacios pequeños dentro de la estructura, entre otros…
¿Es posible eliminar una plaga en su totalidad?
El objetivo número uno es llevar el control de la plaga porque eliminarla por completo es muy complejo, lo ideal es llevar la población a unos mínimos, atendiendo condiciones como la época del año, los antecedentes de la granja, entre otros factores. Algo que hace difícil la eliminación total es el entorno; puede que en mi granja tenga todas las medidas de bioseguridad, pero si está ubicada junto a zonas de cultivo u otras granjas que tal vez no cumplen a cabalidad con este aspecto, es probable que tenga reinserciones de esos individuos en mi propiedad.
Es importante contar con un protocolo preventivo o reactivo de plagas, contando con una herramienta muy conocida en este campo que es la etología, que consiste en estudiar el comportamiento de la plaga, eso nos permitirá tomar acciones basados en los lugares, alimentación y hábitos de los roedores.
¿Qué tan rápido se reproducen los roedores?
A grandes rasgos, sin entrar en detalles de especies determinadas, pero si en el género Rattus, tienen una esperanza de vida aproximada de un año, pero a los tres meses ya son adultos y tienen madurez sexual, con gestaciones muy rápidas de alrededor de veinte días con entre ocho y once crías y pueden volver a gestar entre tres y seis veces durante el año.
No existe una fórmula exacta para saber el número de roedores que hay en un lugar, pero sí se puede hacer un estimado, con un conteo más cualitativo sabremos, por ejemplo, el número de roedores según la cantidad de heces halladas o, por cada roedor merodeando de noche puede haber diez escondidos, en cambio sí lo vemos en la mañana, pueden haber alrededor de cincuenta, en especial porque esta especie tiende a ser mucho más nocturna.
¿Qué productos nos ayudan a combatir la presencia de estas plagas?
Ratigen cebo fresco, como rodenticida
- Rodenticida anticoagulante de 2ª generación.
- No se genera rechazo al cebo, por parte del roedor.
- Formulado a base de harinas vegetales, sustancias atrayentes y aceites de primera calidad.
- Gran palatabilidad y apetencia
Estaciones portacebos
- Se usan para lograr varios objetivos:
- Ubicación estratégica de los cebos para aumentar la posibilidad de su consumo por parte de los roedores (según conocimiento de comportamiento de roedores)
- Mantener en condiciones óptimas los cebos durante más tiempo
- Poder monitorear el consumo de los cebos por parte de los roedores, presentes en el ambiente donde se esta haciendo el control y mantener un estimado de las poblaciones
- Evitar que especies no objetivo, como por ejemplo perros, gatos y fauna silvestre tengan acceso a los cebos, evitando así su envenenamiento por error.