Las almohadillas plantares son una parte de los perros que pertenece a la piel, también son conocidas como pulpejos y están compuestas de tejido graso recubierto por piel gruesa cuya función es amortiguar los golpes o rebotes al desplazarse, además de resistir las diferentes texturas y materiales del suelo. Aunque se trata de un lugar poco visible, su importancia es tan alta que un daño,así sea leve, les puede impedir acciones vitales y cotidianas como caminar y correr. A nivel preventivo, es recomendable utilizar regularmente cremas hidratantes que sean especialmente para esa zona, además de mantenerlas limpias y secas. Las lesiones más comunes en los pulpejos son:

Quemaduras: se presentan por agentes físicos como el calor (al caminar por asfalto caliente) o frío (al caminar por hielo o superficies con bajas temperaturas) y por agentes químicos corrosivos. Una forma de evitar que esto suceda es precisamente siendo cuidadoso con los lugares a los que lleva a pasear a su mascota e hidratando las almohadillas periódicamente. Artículo relacionado aquí

Cortes y heridas: durante los paseos, podemos encontrar elementos cortopunzantes en el suelo que por sus características son capaces de clavarse en las almohadillas plantares y causar daño y dolor en el animal. Una alternativa como medida de primeros auxilios para estas cortadas es lavarse las manos, luego lavar la herida, aplicar gel antibiótico y protegerla en tanto se lleva a la mascota al médico veterinario.

Erosiones y úlceras: se producen por el desgaste excesivo de las almohadillas producido por los paseos en suelos muy abrasivos como el asfalto, el cemento o la arena.

Por otro lado, existen enfermedades menos comunes como la hiperqueratosis plantar que tiene como resultado el engrosamiento y endurecimiento de la piel junto con resequedad y agrietamiento, es asociada a enfermedades infecciosas, hereditarias, autoinmunes, entre otras… Algunas de las razas más propensas son el terrier, dogo de burdeos, retrievers y labradores.

Hay otra infección relacionada con la aparición de hongos que se conoce como podermatitis y se puede identificar con la cojera del perro.

Además, siempre que se detecte algún síntoma como esa resequedad, ruptura o laceración de las almohadillas, lo mejor es acudir cuanto antes a una clínica veterinaria para poder conocer su causa y ponerle un remedio de forma temprana.