Cuando tenemos o queremos tener un gato en nuestra familia, es importante tener presente que el lugar donde vivimos sea un espacio idóneo para este tipo de mascotas, en especial cuando estamos en pisos elevados. Aunque no todos los gatos tienen los mismos comportamientos, un primer paso es identificar qué tipo de habilidades tiene el tuyo; algunos son más aéreos que otros, es decir, tienen más afinidad por las alturas, esto puede variar según la edad del gato, si está esterilizado, qué tan temerario es, entre otros factores.

Uno de los comportamientos más comunes en los gatos es conocido como ‘el síndrome del gato volador’, donde al animal le comienza a llamar la atención el simple vuelo de un pájaro o insecto y al querer atraparlo olvida que está a una gran altura, se concentran solamente en su presa y en atraparla. Así que, si este es el caso, el accidente puede ser inminente, teniendo como consecuencia un cuadro clínico que puede resultar en lesiones internas, rotura de mandíbula o incluso la muerte. 

A diferencia de otros animales, los gatos tienen un ‘reflejo de enderezamiento’ donde ellos buscan la mejor posición posible a la hora de caer, haciendo con su cuerpo una especie de paracaídas para caer sobre sus patas y, aunque esto es instintivo, si se trata de un piso muy alto, a pesar de adoptar dicha posición, no tendrá muchas posibilidades de sobrevivir. 

Para evitar este tipo de accidentes, lo primero que debes hacer es instalar una red o malla de protección en los balcones, terrazas o ventanas, espacios donde el gato tenga acceso al exterior. La segunda parte es la vigilancia, aunque no podemos estar todo el tiempo pendientes de lo que hacen nuestras mascotas, si es importante que las primeras veces que el gato salga al balcón o exteriores, ya con la malla instalada, observemos su comportamiento sólo como medida de precaución. Por último, te recomendamos quitar el acceso a estos espacios en las noches, horario en que no podremos tener control frente a posibles accidentes. 

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