Cuando tenemos mascotas es importante estar preparados ante posibles emergencias en temas de salud, el ahogamiento es una de ellas. Sin embargo, existen varias causas por las que se presenta este síntoma y al identificarlas se puede llegar al diagnóstico indicado.

El primer panorama que se puede presentar se da en momentos de actividad física de la mascota como ir de paseo; comienza a mostrar fatiga, se cansa rápidamente, le falta el aire, tose con frecuencia o tiene un estornudo inverso, es decir, la mascota aspira aire hacia adentro de forma brusca. Estas situaciones pueden tener de fondo problemas respiratorios (laringitis, traqueítis, bronquitis o neumonía), cardiacos (cardiomiopatía dilatada o degeneración valvular) o emergencias propias de ese momento (vía respiratoria taponada por un objeto extraño, golpe de calor por exposición prolongada al sol, intoxicaciones o alergias).

En caso de tratarse de un problema respiratorio o cardiaco, es clave acudir al médico veterinario en el menor tiempo posible para que sea evaluado y encontrar el tratamiento que se ajuste a su patología, pero en casos de urgencia como el atragantamiento con un cuerpo extraño, se debe actuar de inmediato debido a la falta o disminución de oxígeno que llega a los órganos vitales, lo que puede resultar en hipoxia o, en el peor escenario, la muerte de la mascota. Dos acciones adicionales que se pueden identificar en este tipo de ahogamiento son los movimientos frecuentes y torpes de la cabeza de la mascota de un lado al otro y la incapacidad de mantener la boca cerrada.

Lo primero que deben hacer ante una situación de esta magnitud es mantener la calma, es verdad que se trata de un momento con altos niveles de estrés que pueden traer pánico, a pesar de ello, recuerda que muchas de tus emociones se las transmites a tu mascota, así que es fundamental que le transmitas tranquilidad; puede ser con caricias y un tono de voz bajo. Ahora bien, instintivamente es posible que nuestra reacción primaria sea meter la mano en la boca de la mascota para extraer el objeto, aquí no te recomendamos eso porque puedes maltratar al animal o ser mordido por él, algo que empeoraría el panorama.

La maniobra sugerida es la Heimlich; inicia tomando a tu mascota desde atrás, colocando su espalda en tu pecho y rodeándole la cintura, al mantenerlo en esta posición, debes buscar la boca de su estómago ubicada en la parte baja de las costillas, te ayudará buscar el centro, allí encontrarás un hueco muy sutil. Ubicado ese punto, es importante calcular la fuerza que se va a imprimir y esto depende del tamaño de tu mascota, si es grande debes usar el puño completo de tu mano, en cambio, si es pequeña pueden ser tres o cuatro dedos de tu mano. Una presión seca en ese punto e ir revisando si el objeto fue expulsado es lo que se necesita para que la maniobra sea exitosa.

Es diferente cuando lo que causa el ahogamiento es un golpe de calor, en ese caso, la mascota debe ser retirada inmediatamente de la exposición solar, bajar la temperatura con pañitos o toallas húmedas e hidratar.

Por último, si el caso no es atragantamiento ni golpe de calor y la mascota pierde el conocimiento luego de presentar síntomas como los mencionados al inicio de este artículo, puedes iniciar la maniobra RCP -reanimación cardiopulmonar-, a través de los siguientes pasos:

Girar en posición lateral (lado derecho) a tu mascota, que el lado izquierdo (en el que está el corazón) quede mirando hacia ti, abre su boca y estira su lengua hasta dejarla lo más extendida posible. Luego, coloca una de tus manos sobre la otra entre el tercer y quinto espacio intercostal. Para localizar este espacio, flexiona la pata delantera del animal y mira en qué punto toca el codo en el pecho; esta es la altura a la que se encuentra el corazón. Comienza a realizar compresiones en ese lugar y complementa con respiraciones tomando el hocico de la mascota de forma que puedas rodear bien con las manos su nariz y llena de aire cuando exhales. Por cada quince compresiones realiza cinco respiraciones si la mascota es grande y, si es pequeña, por cada diez compresiones son tres respiraciones.

Todas las maniobras que te compartimos anteriormente, las sugerimos como una reacción inmediata en tanto se acude a urgencias veterinarias o a un servicio domiciliario de este tipo.