Las molestias o afectaciones en los oídos de perros y gatos, son de los temas más recurrentes en las consultas veterinarias. Al tratarse de una parte tan delicada y sensible, los cuidados son la clave para que un problema que puede ser leve, no termine en una infección o hasta en la sordera permanente de nuestro animal. 

Paula Rojas Gamez, Médica Veterinaria egresada de la Universidad de la Salle, con más de 10 años de experiencia en el campo de laboratorios farmacéuticos y distribuidores de medicamentos para animales, nos respondió algunas de las preguntas más comunes en relación con las afecciones que presentan nuestros perros y gatos en su canal auditivo. 

¿Por qué son tan comunes y reiterativas las enfermedades en los oídos de nuestras mascotas?

Existe un factor muy importante que es la clave para entender este tema, se trata de la forma del conducto auditivo del oído; empecemos recordando que el oído se compone de tres partes: el oído interno, donde se encuentran los órganos que se encargan del equilibrio y la audición propiamente, el oído medio donde están los huesesillos martillo, yunque y estribo y va hasta el tímpano y, el oído externo, el cual empieza en el tímpano, comprende el conducto auditivo, hasta el pabellón auricular, en perros y gatos este conducto tiene forma de ‘J’. 

Para ser más claros, en nosotros (los humanos) ese conducto es más bien recto y el de nuestras mascotas, al tener forma característica de ‘J’, hace que el oído tenga menos aireación y por consiguiente mayor acumulación de humedad y secreciones.

¿Cuáles son las causas más comunes de las enfermedades auditivas de nuestras mascotas? 

El oído se puede enfermar por varias causas; parásitos, alergias, cuerpos extraños, entre otros, que hacen que se desarrollen diferentes tipos de otitis. También pueden presentarse otras condiciones como enfermedades inmunológicas o endocrinas. Ver aquí articulo relacionado con otitiís.

Es importante mencionar que existen factores en el ambiente o en la fisionomía de la mascota, que pueden contribuir a la prevalencia de estas enfermedades, por ejemplo, cuando se vive en clima cálido o cuando la mascota tiene orejas muy largas. 

¿Qué errores cometemos como dueños o cuidadores de mascotas que pueden afectar sus oídos?

º Un ejemplo de los más frecuentes de otitis por cuerpos extraños se presenta por el descuido al dejar los copitos o las bolitas de algodón en el oído de las mascotas cuando se bañan. En la peluquería o cuando se hace el baño en casa, se ponen estas bolitas para proteger al oído de la entrada de agua, pero si se llegan a olvidar, las bolitas se queda allí y van a penetrar al conducto auditivo para tener como resultado el desarrollo de otitis.  

º Dejar el pelo largo a nuestra mascota traerá consecuencias negativas en sus oídos porque puede generar acumulación de humedad.

º La higiene o limpieza de oído de una manera excesiva, a veces algunos propietarios cuando tienen mascotas se vuelven obsesivos con la limpieza del oído y usualmente esta práctica termina generando irritación. 

¿Cómo podemos cuidar el oído de nuestra mascota?  

La mejor forma es evitando que se acumulen secreciones y humedad, en la medida de lo posible, controlando los factores que mencionamos anteriormente para minimizar los riesgos. Por ejemplo, a la hora de bañarlos podemos utilizar gorros de baño o bolitas de algodón para proteger sus oídos y evitar la entrada de agua al conducto auditivo, otra forma es haciendo limpieza regular del conducto auditivo una vez a la semana y en perros de orejas largas se puede requerir con una frecuencia de hasta dos veces por semana, para reducir la humedad y secreciones, aunque la periodicidad de esta limpieza puede variar según las características y condiciones de la mascota, de manera que es importante determinar esa frecuencia junto al médico veterinario. Cuando hablamos de limpiezas preventivas, se deben hacer en los dos oídos.

¿Quiénes son más propensos: perros o gatos? 

Es importante tener en cuenta que la oreja del gato está parada y eso permite mejor aireación con respecto al perro, que tiene mayor prevalencia de este tipo de enfermedades. Sin embargo, ambos están expuestos a parásitos y agentes infecciosos como bacterias y hongos y también pueden desarrollar alergias alimentarias.

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