Los problemas estomacales en gatos son más comunes de lo que piensas. Estos, a largo plazo, podrían causar problemas muy serios. Afortunadamente, existe una serie de signos que es posible identificar, medidas preventivas que puedes tomar y productos como probióticos para gatos que te ayudarán a conservar la salud de tu querida mascota.
Identificando un problema
Como debes saber los gatos se asean con la lengua y de esta forma ingieren pelos que van al tracto digestivo, lo que suele causar vómitos. Esto es especialmente frecuente en los felinos de pelaje largo. Por eso, debes prestar especial atención y verificar la frecuencia con la que estos ocurren. Si suceden de manera repetida podría causar deshidratación. Entonces, ¿cómo saber hasta qué punto son normales?
Sin lugar a dudas, será tu veterinario quien diagnostique si es normal o hay alguna enfermedad causante. En ese sentido, una alarma importante de consulta es que tu felino vomite más de 3 veces en un mes. De igual forma, si tu gato deja de comer, parece tener dolor de estómago, tiene constantes arcadas o encuentras ligeros rastros de sangre en el vómito, debes llevarlo al veterinario.
Recuerda que cualquier síntoma que se repite de forma persistente podría ser perjudicial para tu mascota. Siempre es mejor consultar la opinión experta de un veterinario que pueda aliviar el malestar de tu gato y todas tus preocupaciones.
¿Por qué vomita un gato?
Es importante tener clara la razón detrás de este hábito. Por lo general, las personas que tienen un gato atribuyen los vómitos a las bolas de pelo; sin embargo, esa no es la única razón. Dos de las causas más frecuentes del malestar estomacal son:
1.- Comer muy rápido
La mayoría de los gatos tiene la costumbre de comer mucho y muy rápido. Cuando las paredes estomacales se expanden muy rápido, se envía una señal al cerebro, la cual causa la regurgitación que no es en realidad un vómito. Al regurgitar, tu mascota regresa el fluido y la comida desde su esófago al abrir su boca, sin presencia de náuseas o arcadas.
No es extraño que este tipo de situación tenga como origen la glotonería o la competencia por la comida con otros compañeros felinos. Sin embargo, no debes asumir que estas son las únicas razones para la regurgitación.
Esta también puede ser causada por la obstrucción del tracto digestivo, bolas de pelo o la deshidratación. En cualquier caso, si ya has logrado que tu gato coma lentamente y los problemas persisten, debes llamar a tu veterinario.
2.- La curiosidad
Algunas de las cosas que tu gato puede ingerir y luego vomitar son pasto, secciones de alfombra o papel de baño. Se trata de un mecanismo de protección, una forma natural de limpiar el sistema de tu mascota. Sin embargo, algunas veces la curiosidad ocasiona problemas más serios.
Como sabes, las cuerdas, plumas o partes pequeñas de juguetes son los favoritos de los felinos y se pueden alojar en el estómago o intestino causando así el vómito repetido y una notoria obstrucción. Esto se verá reflejado en maullidos quejumbrosos y, en algunos casos, la falta de apetito. Si tu gato muestra estos síntomas, debes llevarlo al veterinario de inmediato.
Medidas preventivas
La mayoría de personas acepta los vómitos en los gatos como parte natural de su comportamiento. Ahora bien, el hecho de que tu mascota sea propensa a tener algunas complicaciones estomacales no significa que no tengas opción de ayudarla.
Para empezar, una medida correctiva que puede ayudar a tu felino de gran forma es hacer que reduzca la velocidad con la que se alimenta o que simplemente coma menos. Sin embargo, ¿cómo conseguir que tu mascota adquiera ese hábito? Bien, existen platos especiales acanalados para que el gato saque los pellets con la pata y comerlos lentamente.
Otra opción es poner una pelota o un objeto similar dentro de su recipiente. De esta forma, el gato se verá forzado a comer alrededor del plato y comerá de manera más lenta. Si recurres a esta estrategia, asegúrate que el objeto que uses no sea tan pequeño como para ser tragado.
De igual forma, es recomendable elevar ligeramente su recipiente y servirle la comida en porciones pequeñas. Si tienes más de un gato, debes empezar a alimentar a cada uno en diferentes puntos de casa y a horas distintas a fin de reducir la competitividad al momento de comer.
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Probióticos en gatos
Debes saber que es posible evitar que surjan males estomacales y reducir los problemas intestinales en gatos de manera muy simple. Los probióticos y prebióticos pueden ser muy beneficiosos, ya que contribuyen al funcionamiento del tracto digestivo y mantienen a raya las flatulencias y las siempre peligrosas enfermedades gastrointestinales en gatos.
La dieta es importante
Es recomendable que tu gato adopte hábitos alimenticios saludables. Si tu mascota no está acostumbrada a una dieta de alta calidad, solo debes seguir los pasos correctos. Por eso, aquí te entregamos algunos consejos para simplificar esta transición:
1.- Empieza lentamente
El cambio en la dieta debe ser gradual a fin de que el gato se acostumbre. Para esto, tienes que cambiar gradualmente cada día y revolver la comida previa a la nueva por lo menos durante el periodo de una semana.
Asegúrate de que tu mascota coma un poco de la nueva variedad de comida cada día, ya que si el cambio es demasiado brusco y deja de comer súbitamente o al consumir su nuevo alimento podría causarle diarrea. para que esta situación no se presente podemos reforzar con Probiocat el cambio y evitar o corregir estas complicaciones.
2.- Comidas medidas
No es recomendable que alimentes a un gato basándote solo en lo que crees conveniente. Generalmente, factores como la raza, el nivel de actividad, o la edad de tu gato son muy importantes. En este punto, siempre es necesario consultar con tu veterinario a fin de establecer hábitos y raciones alimenticias correctas. Los felinos consumen la comida dependiendo del ejercicio que vayan haciendo.
Como puedes notar, la salud estomacal es especialmente importante en los felinos. Con estos consejos podrás ayudar hacer que tu gato se sienta mucho más cómodo y tenga una mejor calidad de vida.
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